El gato tenía en el Antiguo Egipto una importancia que fue creciendo con los años, en el plano religioso y en el social. Como manifestación de la diosa Bastet simbolizaba el poder del sol, la protección del hogar y la alegría de vivir. Y como animal de compañía protegía las casas de las peligrosas serpientes y de los roedores.Los egipcios adoraban a los gatos y tenía un gran respeto por sus vidas. El gato era uno más de la familia y su muerte merecía funerales y duelo. También podían ofrecer a la diosa Bastet momias de gatos, a cambio de su protección, que eran vendidas por las sacerdotes.Encontramos muchos relieves y pinturas en las que se plasma el papel espiritual y social del gato.Hacia la época tardía aumentó el culto a los animales y en especial al gato, así como las leyes que castigaban a los que no trataran de forma correcta a este felino.
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